Desde muy chiquititas nuestros padres nos enseñaron a vivir las fiestas, a querer nuestra ciudad, a oler la albahaca cada mañana de San Lorenzo y que nos acompañará durante todo el día, a vestir de blanco, a valorar nuestros danzantes, vivir la procesión del día 10, entusiasmarnos con la tradición de la fiesta del mercado, a vibrar con la banda de música y nuestras canciones laurentinas…

Con los años te das cuenta que, lo que te enseñaron es a querer tu ciudad, a valorar sus costumbres, sembraron un sentimiento de orgullo empezando por unos días tan felices y especiales, las fiestas de nuestra ciudad, viviéndolas con mucha ilusión, intensidad y en familia, creando así ese amor a nuestras fiestas que cada año nos envuelve y nos traslada a tantos momentos con tantas gentes y donde sentimos tantas cosas con solo oler la albahaca.

¿Por qué vestimos de verde y blanco?

Porque nos hace sentir, porque así nos lo enseñaron nuestros padres que con tanta ilusión ayudaron a crear esta tradición (se empezó a vestir de blanco y verde en el 1956) creando así un sentimiento de unión muy importante para toda la ciudad que hoy día a todos los oscenses nos sigue gustando y emocionando vernos todos de blanco y verde, simbolizando así un sentimiento común, tan importante y que bajo mi opinión deberíamos seguir luchando por conservar y potenciar para que todos respetemos, amemos y cuidemos nuestra ciudad.

¡¡Nosotras tenemos un gran orgullo oscense!!

Y en estos días nos chifla trasladar esa emoción, los colores de nuestras fiestas a nuestras uñas y es que quedan taaannnn bonitas!!